Los estilos de vida a lo largo del tiempo se han ido transformando, en gran medida, por los cambios en las situaciones económicas. En este aspecto, también se han visto incrementadas las enfermedades causadas por estos cambios como: la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la hipertensión.
Estos cambios en nuestros hábitos y sobre todo, en la incidencia de ciertas patologías han supuesto un gran interés para los estudios de las ciencias informáticas y de la salud. La importancia de llevar un estilo de vida saludable como el ejercicio regular, un hábito dietético correcto, la eliminación del tabaco, son claros ejemplos. En este aspecto, se ha trabajado mucho en el uso de aplicaciones avanzadas “wellness” que requieren una informática ubicua, omnipresente y orientada al servicio.
Estas soluciones se pueden convertir en servicios de salud biointeractivos que utilizan la computación de contexto en el registro de vida o también llamado “Lifelog”. Este registro personal de la vida diaria puede contener datos completos de las actividades de las personas. Donde cada vez, son más los dispositivos móviles o wearable que capturan automáticamente estos datos. Siendo las personas que registran estos datos lifeloggers.
Este tipo de usos generarán servicios de salud inteligentes permitiendo desarrollar un nuevo método de trabajo de los profesionales sanitarios, que con la colaboración de equipos de atención virtual y los pacientes lograrán entornos más flexibles que liberen las restricciones de tiempo y espacio. Lo que genera un servicio de atención médica personalizada en tiempo real usando varios wearables.
Pero, para que esto pueda ser posible la información del paciente deberá estar fuera del entorno del servicio de salud tradicional (hospitales y centros de salud), y tener la posibilidad de que esa información esté disponible y accesible en cualquier momento, de ahí surge la idea de sistemas de salud basados en la nube o “cloud computing”
Estos sistemas permiten ofrecer unos altos niveles de escalabilidad y optimización de recursos on site y off site, a la vez que aumenta el manejo seguro de datos sensibles. Además, este tipo de sistemas tiene el potencial de impactar sobre la salud de los pacientes, facilitando el almacenamiento, intercambio y análisis de información.
En el año 2020 se han generado un total de 2314 exabytes, por lo que este tipo de herramientas de salud en la nube permiten mejorar la eficiencia para acceder, analizar y compartir este número enorme de datos. A la misma vez, que permite la aplicación de tecnologías como el big data, la computación cognitiva, o la telemedicina. Esto permitirá mejorar las decisiones clínicas y una reducción de los errores médicos.
¿Crees que en el futuro todos acabaremos siendo lifelogger?