Las tendencias en salud digital para 2023 - Máster de Innovación en Salud Digital de la Complutense de Madrid
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Las tendencias en salud digital para 2023

El mercado mundial de la salud digital aumenta de forma vertiginosa. El tamaño del mercado mundial de salud digital se valoró en 175.600 millones de € en 2021 y se prevé que crezca a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 27,7 % entre 2022 y 2030.

El avance y desarrollo de las tecnologías en este ámbito y la mejora de la conectividad están siendo clave en 2022 para su consolidación. ¿Cómo evolucionará el desarrollo tecnológico en el sector sanitario para el próximo año? 

En este artículo exploramos algunas de las tendencias que tomarán forma en 2023.

La telemedicina, más allá de la atención primaria 

La telemedicina ha experimentado un fuerte crecimiento desde la pandemia. El impulso tecnológico de la teleasistencia vino derivado por el COVID-19 y la atención primaria se gestionó principalmente a través de esta forma. 

En 2022 los servicios de la telesalud no solo se han mantenido sino que se han expandido a otras especialidades y vías asistenciales, como la salud mental, el seguimiento de enfermedades crónicas o el seguimiento de pacientes que se recuperan de una cirugía o de una enfermedad grave.

Un estudio elaborado por Inentum -compañía líder europea en servicios y soluciones digitales– prevé que en 2023 el 75% de los pacientes utilizarán esta herramienta.

La telemedicina tiene un gran potencial porque mejora el acceso a la atención médica. Durante los próximos años seguirá coexistiendo la atención híbrida entre la atención presencial y remota aunque se verá mejorada su coordinación porque la telemedicina se asentará y los procesos se automatizarán regulándose su uso.

El reto en la sanidad pública estará en dar acceso a su uso incluso en las zonas rurales –donde existe mayor problema de conectividad- favoreciendo la completa integración y cobertura. 

 

La Inteligencia Artificial mejorará la experiencia de usuario 

El uso de la IA se verá acelerado en los próximos años. El Machine Learning y el Deep Learning se utilizarán para desarrollar soluciones que busquen la recopilación, el análisis  y la explotación de datos con el fin de automatizar tareas recurrentes de los profesionales de la salud. Pero además para mejorar el diagnóstico, la medicina de precisión y la atención al paciente. Estas tecnologías alcanzarán la madurez en el sector de la e-salud para 2030.

Los usos de la Inteligencia Artificial actualmente pueden ser muy diversos: la detección precoz, el triaje y el diagnóstico, la aceleración del desarrollo de fármacos, la cirugía asistida por robots, la prevención epidemiológica, y por supuesto, la gestión administrativa de los propios centros y la documentación clínica, son algunos de los ejemplos. 

El reto vendrá de la mano de aumentar la eficacia con la que se trata a cada paciente optimizando los recursos sanitarios, y mejorar la usabilidad de la tecnología favoreciendo el trabajo a los propios sanitarios. 

Hay que tener en cuenta que el crecimiento demográfico y el envejecimiento poblacional suponen grandes desafíos para las instituciones sanitarias que buscarán reducir la brecha digital, sobre todo, entre las personas de la tercera edad. En este sentido, la IA podrá facilitar la interacción entre estos pacientes y los médicos. 

 

La seguridad de los datos prioridad número uno 

El uso de la tecnología en el ámbito sanitario, en general, está siendo bien recibido por los pacientes. Pero, por el contrario, la confidencialidad y la seguridad de los datos es un tema que preocupa mucho. Para numerosos pacientes existe un dilema entre su efectividad y lo que implica la exposición de sus datos personales y el uso que se da de ellos.  

El desarrollo de la salud digital está aumentando el riesgo de exposición de los datos debido al aumento de los intercambios remotos y el alojamiento de datos de pacientes en la nube.

Para abordar los riesgos de ciberseguridad, las soluciones no solo deberán cumplir con los requisitos reglamentarios para garantizar un alto nivel de protección, sino también implementar y hacer cumplir las mejores prácticas.

Por ello el reto vendrá de la mano de garantizar la seguridad a través del cumplimento de certificaciones que acrediten la autentificación y la anonimización de los datos. En pro de avalar un verdadero cifrado de extremo a extremo de las comunicaciones y de los datos almacenados.

La participación del ciudadano en la toma de decisiones 

La tecnología, en su generalidad, tendrá su punto de inflexión dentro del ámbito sanitario cuando los ciudadanos también contribuyan activamente en el proceso de cocreación. Para ello la ciencia ciudadana jugará un papel importante. 

La participación de los ciudadanos impulsará la investigación y la innovación mejorando los procesos de desarrollo, y facilitando la usabilidad de los productos y servicios creados. Los usuarios (pacientes, familiares, comunidades,…), gracias a su participación ayudarán a la creación de tecnologías más acordes con sus necesidades reales. 

El reto es generar mecanismos de participación donde los ciudadanos se involucren activamente más allá de aquellos proyectos financiados por organismos públicos. Con la implicación de los usuarios en la creación de desarrollos tecnológicos se mejorará su uso y se facilitará su integración en todos los ámbitos de la salud. 

La alfabetización digital de los profesionales sanitarios 

Con el impulso de las nuevas tecnologías durante la pandemia los sanitarios se han visto en la necesidad de, a marchas forzadas, atender y asistir con herramientas que para ellos, y en muchos casos, eran totalmente desconocidas. 

Una vez evolucionado la pandemia se hace necesario que los sanitarios tengan formación y mejoren sus competencias en tecnologías como la telemedicina, la Inteligencia Artificial, el Big Data, etc. Esto implica la plena alfabetización digital para los profesionales que desarrollen su labor en hospitales, clínicas, centros de salud y consultas. 

Todo ello supone un gran reto pues es imprescindible implicar al mayor número de profesionales sanitarios en el acceso y uso a formaciones de calidad. Y también, poner en marcha capacitaciones acordes a las necesidades reales del mercado dado que existe una demanda real de profesionales que conozcan las tendencias y sean capaces de desarrollar proyectos en el ámbito de la salud digital.  



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