Entrevistadora: La salud digital ha avanzado a pasos agigantados en estos últimos años debido, entre otros factores, a la pandemia. En términos generales, ¿cómo ha transformado al sistema sanitario la digitalización? ¿Crees que el ciudadano ha aceptado favorablemente los cambios que se han producido?
Carlos Royo: La transformación digital de nuestro sistema sanitario se está llevando a cabo prácticamente sin ruidos. Lo que parecía que podría ser una disrupción en el propio funcionamiento de los servicios sanitarios se ha ido generando de forma paulatina, a ritmo y sin marchas atrás. La disrupción se ha producido en cómo se hacen las cosas, no en el miedo o riesgo que había previamente al uso de las tecnologías que está permitiendo estos cambios. Como ejemplo, yo tuve el honor de poner en marcha toda la digitalización de la imagen médica en la Comunidad de Castilla – La Mancha hace “solo” 18 años. El pasar de la placa y el papel a imágenes digitales con informes digitales parecía un cambio prácticamente imposible de acometer. El cambio se hizo en unos meses con plena satisfacción de profesionales y ciudadanos. Imagínense que ahora dijéramos que volvemos a la radiología tradicional, sería impensable.
El ciudadano admite los cambios siempre que estos le ayuden en su proceso. De algún modo, un paciente lo que desea es que le atiendan lo antes posible, lo mejor posible y con la mayor garantía de éxito y eso, hoy por hoy solo se lo puede ofrecer lo que llamamos salud digital y si, efectivamente la pandemia ha sido muestra de ello.
E: Como presidente que fuiste de la comisión de Salud Digital de AMETIC hasta 2021, ¿podrías avanzarnos las tendencias en este ámbito que se prevén para los próximos años?
CR: En el tiempo en el que he estado como presidente de la comisión de Salud Digital de AMETIC tuvimos la fortuna de elaborar el Macro Proyecto Tractor en Salud. El cual pretendía ser el proyecto “País” en el que se contemplaba todo lo que entendíamos que había que hacer en los próximos años para conseguir esa trasformación digital en salud. Tuvimos la suerte de ser escuchados por el Gobierno, quien, de alguna manera, incorporó nuestras ideas y sugerencias, quizás no todas y al completo, pero sí una gran parte. Al menos el espíritu de lo que proponíamos en nuestras líneas estratégicas en el documento del Plan de Resiliencia y Transformación que está siendo financiado por los fondos europeos Next Generation y que se han destilado en el PERTE de Salud, las Misiones etc.
Las tendencias son obviamente el uso masivo de datos, la Inteligencia Artificial, Red Federada de Datos, planes de cuidados digitales para crónicos, mejora en el desarrollo y personalización de medicamentos, etc.
E: Eres director de Estrategia en Salud en GMV, empresa líder en ofrecer soluciones de innovación tecnológica para sectores como el sanitario, ¿nos podrías contar en qué proyectos tecnológicos estáis trabajando actualmente dentro de este ámbito?
CR: Sí, estamos liderando ahora mismo uno de los proyectos Misiones de la SEDIA, financiado por los fondos Next Generation, el Proyecto Tartagía, que es un consorcio público-privado formado por 17 entidades que ha obtenido la mayor puntuación de entre los proyectos presentados a la convocatoria Misiones de I+D en Inteligencia Artificial. Cuenta con un presupuesto de más de 7,5 millones de euros, financiados a través de la Unión Europea con fondos Next Generation EU.
La labor de GMV consistirá en aprovechar los métodos criptográficos avanzados, que mantienen los datos de pacientes cifrados mientras se realizan todos los cómputos necesarios, asegurando así el equilibrio entre privacidad y la posibilidad de utilizar los datos sin exponerlos ni moverlos de las organizaciones.
Este trabajo permitirá un mejor entrenamiento de los modelos matemáticos como apoyo a la toma de decisiones, y contribuirá a la medicina personalizada y de precisión, mejorando los tratamientos de los pacientes, así como a acelerar los ensayos clínicos, entre otras cuestiones.
Además de la línea de investigación en una configuración de aprendizaje federado, el proyecto TARTAGLIA tiene otros retos de investigación con el uso de IA, como es en el diagnostico con ultrasonido y en cuatro áreas clínicas: alzhéimer, cáncer de próstata, diabetes y crónicos complejos.
Además de este tipo de proyectos GMV destina el 10% de su facturación a proyectos de I+D+i propios como son ANTARI, de Atención No Presencial y Planes de Cuidados a Domicilio; DALEM, RADIANCE, de Planificación de Radioterapia Intraoperatoria; y NAVIPHY, planificación con navegador quirúrgico etc.
También participamos en otros proyectos como MOPEAD, sobre Alzheimer; HEXIN, el Big Data y sus derivados del Servicio Gallego de Salud; y HARMONY, un proyecto IMI a nivel europeo sobre medicina personalizada en cánceres hematológicos.
E: En una entrevista que le realizaron en 2014, le preguntaban sobre la telemedicina y si en un futuro sustituirían a las consultas presenciales. Con la pandemia, la telemedicina se ha instaurado en las consultas, y ya muchas de ellas se hacen a través de este sistema. ¿Pensó en algún momento que esto sucedería tan rápidamente? Y que tanto médico como paciente, ¿se acostumbrarían a realizar consulta de esta forma?
CR: La verdad es que pensé que se iba a instalar mucho más rápido. Nuestra plataforma ANTARI de Atención no Presencial, me gusta más que el concepto Telemedicina, es mas incluyente y clarificador, tiene mas de 13 años. Ha tenido que llegar una pandemia para que los decisores se dieran cuenta de que este tipo de plataformas es una ayuda complementaria a la atención convencional y que bien utilizadas suponen una herramienta potentísima para la gestión sanitaria y la satisfacción del paciente. Insisto en la complementariedad y en su buen uso. Yo soy un absoluto convencido de estas tecnologías, pero el cambio cultural está siendo mas lento del que yo esperaba.
E: ¿Cómo crees que ha sido la adaptación de los profesionales sanitarios a las nuevas tecnologías? ¿Consideras que ha habido cierto rechazo en su implantación dentro de algunos grupos o sectores de la sanidad?
CR: El famoso rechazo a la tecnología de los profesionales sanitarios no es cierto. No hay nada mas que pensar en la adopción de nuevas técnicas, equipos, sistemas que se van haciendo día a día, nuevos equipos digitales de imagen, cada vez más resolutivos, robots quirúrgicos de uso muy extendido, laser de última generación etc.
Otro punto a favor en la adopción de estas tecnologías es que ya hay muchos profesionales que son prácticamente nativos digitales y en este caso, exigen la implantación y uso de estas tecnologías.
Lo que si es claro es que esa tecnología debe dar un valor añadido al trabajo diario de los profesionales. No hay que aplicar tecnología por el hecho de aplicarla, sino que debe ser la adecuada y necesaria para resolver un problema y que satisfaga a los profesionales, tanto clínicos como gerenciales.
E: La tecnología ha llegado para quedarse. Tanto ciudadanos como profesionales sanitarios deben adaptarse a los nuevos paradigmas dentro de la sanidad. Con respecto a estos últimos, ¿cómo crees que deben adaptarse? Desde tu experiencia, ¿piensas que los profesionales sanitarios deben ampliar sus conocimientos sobre ámbitos como Inteligencia Artificial, Big Data, IoT,… para comprender mejor cómo las tecnologías están transformando la sanidad?
CR: Aquí siempre he tenido una disquisición interior, ¿que es mejor tener profesionales sanitarios con conocimiento de tecnologías?, ¿profesionales de la ingeniería con conocimientos clínicos? Yo creo que lo ideal es el trabajo en equipo multidisciplinar, médicos y enfermeros trabajando junto con ingenieros, bioinformáticos etc., abordando problemas conjuntos y buscando las mejores soluciones posibles desde el profundo conocimiento profesional de unos y otros. Esto no quiere decir que, obviamente, los profesionales sanitarios tengan una mayor y mejor relación con el mundo tecnológico, cuanto más conocimiento mejor, pero debido a la tremenda especialización que se está dando en el ámbito especialmente médico, creo que la que planteo es la mejor manera de trabajar.
E: ¿Qué necesitará el profesional sanitario del futuro para adecuarse a todos los cambios que se están produciendo y se producirán en estos próximos años dentro del sector?
CR: Conocimiento exhaustivo de su entorno profesional, formación clínica que cada vez va mas encaminada a las superespecialidades, conocimiento de las herramientas y tecnologías que va a utilizar, trabajo multidisciplinar en equipos formados por clínicos, gestores y tecnólogos. Sobre todo, una apertura mental continua, los cambios se producen y se van a producir de forma masiva y muy rápida en el tiempo.
Permítanme decir una frase que utilizo muy a menudo: A pesar de todo lo que conocemos y de los desarrollos que hemos visto en los últimos años, estamos en la prehistoria de lo que está por llegar.