Parece que con la pandemia del SARS-CoV-2 se ha puesto de manifiesto que no todo vale. Del “si es como una gripe” de enero y febrero a convertirse en una pandemia mundial en marzo que, a día de hoy, se ha cobrado ya un millón de fallecidos en todo el mundo. ¿Qué está pasando? ¿Nos preguntábamos todos, una vez confinados en nuestros hogares?
Entonces, empezó un desfile de expertos -y no tanto- en medios impresos, digitales, televisiones y radios. Virólogos, epidemiólogos, neumólogos, expertos en salud pública. Médicos, enfermeros, biólogos, veterinarios, psicólogos, biotecnólogos, farmacéuticos, sociólogos, economistas. Y un largo etcétera.
¿Aprenderemos algo de esta pandemia? Pues, desde el punto de vista de la comunicación científica, yo me quedo con algunas píldoras. Como que, ante un suceso de esta magnitud, cualquier disciplina tiene algo que decir y aportar. La ciencia es cada vez más colaborativa, multidisciplinar y multinstitucional. Y que, dentro de ese océano de temáticas desde el que abordar la noticia, la búsqueda del experto o experta idóneo es primordial.
El periodista tiene la obligación profesional -y añadiría moral- de dar voz a quien tiene acreditada y demostrada su experiencia en el sector en el que dice desempeñar su actividad, al igual que el científico tiene que participar en esa comunicación con buena disposición y colaboración para informar a la sociedad, quien, al fin y al cabo, sustenta con sus impuestos la mayoría de la ciencia que se produce en España.
La percepción del ciudadano sobre la ciencia y la tecnología
Según la última encuesta de percepción social de la ciencia de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), el interés por la ciencia y la tecnología en España sigue una tendencia creciente, no a gran velocidad, pero ya está en el 16,3%. Esta encuesta es bianual y estos resultados corresponden a 2018. Los resultados de 2020 estarán al caer y no dudaría en apostar que este interés habrá crecido, sobre todo en el último medio año.
El ciudadano quiere saber más de ciencia. Y tiene derecho a demandar información científica de calidad en los medios de comunicación. Esto puede trasladarse a cualquier ámbito y momento como lo que nos reúne en el Máster en Innovación de Salud Digital de la Universidad Complutense de Madrid: la innovación.
Hoy en día, no se entiende innovar, obtener resultados o descubrir sin una comunicación efectiva detrás. En las Unidades de Cultura Científica de las universidades, y en los gabinetes de comunicación de los centros e institutos de investigación se trabaja a diario en este sentido, con periodistas especializados en el sector de la ciencia y la tecnología y codo a codo con el personal investigador artífice de esos resultados. El tándem que se genera de ese trabajo conjunto es una comunicación eficaz, objetiva y cercana a la sociedad de la innovación.
Este artículo ha sido elaborado por María Milán profesora del Máster ISD y periodista en Cultura Científica de la OTRI de la Universidad Complutense de Madrid.